Tengo en mis manos un número especial de la revista Pensar que principalmente trata en esta ocasión con el Calentamiento Global y dos puntos de vista fundamentalmente distintos.
Primeramente aparece el Físico y Astrofísico del Centro Goddard de Vueltos Espaciales, Stuart D. Jordan, quien en una primera parte de su artículo trata de ofrecer evidencia contundente de que el cambio climático global causado por el calentamiento global ya está sucediendo y requiere atención urgente.
Más adelante, John Gibbs quien es corredor de bolsa con estudios en filosofía de la Universidad de Sussex escribe sobre su asombro respecto a que el hombre sea el responsable, a través del efecto invernadero, del calentamiento global ya que, afirma, no haber encontrado evidencia científica directa de este fenómeno que, dice, está mostrando todas las características de un culto.
Y finalmente, Francisco Bosch quien es librepensador y especialista en ingeniería del software y estudiante avanzado de ingeniería química, escribe la segunda parte de su artículo que titula "Voces disidentes II: Por qué no soy fan del calentamiento global", en donde plantea algunas dudas sobre los hechos, sus consecuencias, y las acciones recomendadas para minimizar los supuestos daños que produciría este fenómeno actual.
En un primer vistazo, quizá sean más deslumbrantes las credenciales del autor del primer artículo, pero entonces estaríamos cometiendo una falacia magister dixit. Por esta razón voy a comentar un poco de lo que los artículos mencionan y que cada quien juzgue de acuerdo a su propia objetividad.
Jordan dice que durante las tres últimas décadas se ha acumulado evidencia convincente que el clima en la Tierra está cambiando algunas veces de forma alarmante. Reconoce que puede resultar difícil por el momento predicir el alcance exacto del daño derivado del calentamiento global, pero afirma que tiene la seguridad que estos sobrepasarán significativamente los posibles beneficios. Dice que son extremadamente altas las probabilidades que los gases invernadero generados por la actividad humana, como el dióxido de carbono, sean la causa principal de este proceso.
Básicamente Jordan apoya la idea general que presenta el Vice Presidente de los EEUU, Al Gore, en su documental "An Inconvenient Truth" y a la del actor Leonardo DiCaprio en su documental "The 11th Hour". No creo que yo pueda añadir mucho en este espacio a lo que es fácilmente accesible en este tipo de documentales y en sitios Web www.stopglobalwarming.org y www.environmentaldefense.org, por esto me siento más atraído en esta ocasión por comentar con ustedes sobre la posición de los otros dos autores.
Gibbs, por su parte, dice que necesitamos comprender el hecho científico indiscutible que el clima se ha estado calentando desde la última era del hielo, más o menos hace unos 12 mil años. Para esto se han propuesto varias teorías que van desde las manchas solares, el movimiento del eje de la Tierra, y los minúsculos cambios en la órbita terrestre alrededor del Sol. También se menciona a la actividad volcánica, las corrientes oceánicas, y el movimiento de las placas tectónicas. Dentro de este panorama hay períodos de marcado enfriamiento como la mini-Era de Hielo entre los años 1600 y 1800, y los movimientos menores como el enfriamiento global entre 1940 y 1970, precisamente, dice, cuando las emisiones de invernadero se incrementaron enormemente.
El clima de la Tierra, continúa Gibbs, ha fluctuado enormemente durante todo el registro histórico, pero incluso con la ventaja de los registros geológicos, los científicos no tienen una certeza con respecto a qué causa estos cambios sostenidos e intensamente documentados, ni tampoco de los movimientos contrarios que ocurren dentro de ellos. Y se pregunta por qué los creyentes en el invernadero depositan tanta fe en la micro-comprensión de una ciencia incipiente, la cual no solo no puede explicar el macro-fondo sino que ni siquiera les es posible pronosticar con perfecta exactitud el clima para el día siguiente.
También cita a Don Easterbrook, profesor emérito de geología en la WWU cuando dice "no quiero meterme con Al Gore, pero hay un montón de inexactitudes en las afirmaciones que estamos presenciando y tenemos que atemperarlas con datos reales". Luego Gibbs procede a enumerar los tres criterios para que una teoría sea admitida como científica: 1) que se ajuste a los fenómenos observados, 2) que haga predicciones, y 3) que sea falsable:
Después le toca el turno a Bosch quien después de exponer las afirmaciones planteadas por quienes se adhieren al "consenso científico", comienza su análisis refiriéndose también a la falta de consenso real en el supuesto consenso científico, y con esto se ha eludido el debate abierto. Cita a Michael Crichton:
Bosch también critica a Al Gore por su propaganda hollywoodense que apela más al sentimiento de las personas más que a su raciocinio y la distingue más como un enfoque político a un enfoque realmente científico. Recomienda la película "El Gran Engaño del Calentamiento Global" que, aunque no tiene los millones de dólares invertidos en producción con los que Al Gore pudo contar para su película, (quizá las compañías petroleras que financiaron "El Gran Engaño" estaban en bancarrota), vale la pena ver la cara de la otra moneda para equilibrar la balanza y poder emitir un mejor juicio. Aquí la película:
Primeramente aparece el Físico y Astrofísico del Centro Goddard de Vueltos Espaciales, Stuart D. Jordan, quien en una primera parte de su artículo trata de ofrecer evidencia contundente de que el cambio climático global causado por el calentamiento global ya está sucediendo y requiere atención urgente.
Más adelante, John Gibbs quien es corredor de bolsa con estudios en filosofía de la Universidad de Sussex escribe sobre su asombro respecto a que el hombre sea el responsable, a través del efecto invernadero, del calentamiento global ya que, afirma, no haber encontrado evidencia científica directa de este fenómeno que, dice, está mostrando todas las características de un culto.
Y finalmente, Francisco Bosch quien es librepensador y especialista en ingeniería del software y estudiante avanzado de ingeniería química, escribe la segunda parte de su artículo que titula "Voces disidentes II: Por qué no soy fan del calentamiento global", en donde plantea algunas dudas sobre los hechos, sus consecuencias, y las acciones recomendadas para minimizar los supuestos daños que produciría este fenómeno actual.
En un primer vistazo, quizá sean más deslumbrantes las credenciales del autor del primer artículo, pero entonces estaríamos cometiendo una falacia magister dixit. Por esta razón voy a comentar un poco de lo que los artículos mencionan y que cada quien juzgue de acuerdo a su propia objetividad.
Jordan dice que durante las tres últimas décadas se ha acumulado evidencia convincente que el clima en la Tierra está cambiando algunas veces de forma alarmante. Reconoce que puede resultar difícil por el momento predicir el alcance exacto del daño derivado del calentamiento global, pero afirma que tiene la seguridad que estos sobrepasarán significativamente los posibles beneficios. Dice que son extremadamente altas las probabilidades que los gases invernadero generados por la actividad humana, como el dióxido de carbono, sean la causa principal de este proceso.
Básicamente Jordan apoya la idea general que presenta el Vice Presidente de los EEUU, Al Gore, en su documental "An Inconvenient Truth" y a la del actor Leonardo DiCaprio en su documental "The 11th Hour". No creo que yo pueda añadir mucho en este espacio a lo que es fácilmente accesible en este tipo de documentales y en sitios Web www.stopglobalwarming.org y www.environmentaldefense.org, por esto me siento más atraído en esta ocasión por comentar con ustedes sobre la posición de los otros dos autores.
Gibbs, por su parte, dice que necesitamos comprender el hecho científico indiscutible que el clima se ha estado calentando desde la última era del hielo, más o menos hace unos 12 mil años. Para esto se han propuesto varias teorías que van desde las manchas solares, el movimiento del eje de la Tierra, y los minúsculos cambios en la órbita terrestre alrededor del Sol. También se menciona a la actividad volcánica, las corrientes oceánicas, y el movimiento de las placas tectónicas. Dentro de este panorama hay períodos de marcado enfriamiento como la mini-Era de Hielo entre los años 1600 y 1800, y los movimientos menores como el enfriamiento global entre 1940 y 1970, precisamente, dice, cuando las emisiones de invernadero se incrementaron enormemente.
El clima de la Tierra, continúa Gibbs, ha fluctuado enormemente durante todo el registro histórico, pero incluso con la ventaja de los registros geológicos, los científicos no tienen una certeza con respecto a qué causa estos cambios sostenidos e intensamente documentados, ni tampoco de los movimientos contrarios que ocurren dentro de ellos. Y se pregunta por qué los creyentes en el invernadero depositan tanta fe en la micro-comprensión de una ciencia incipiente, la cual no solo no puede explicar el macro-fondo sino que ni siquiera les es posible pronosticar con perfecta exactitud el clima para el día siguiente.
También cita a Don Easterbrook, profesor emérito de geología en la WWU cuando dice "no quiero meterme con Al Gore, pero hay un montón de inexactitudes en las afirmaciones que estamos presenciando y tenemos que atemperarlas con datos reales". Luego Gibbs procede a enumerar los tres criterios para que una teoría sea admitida como científica: 1) que se ajuste a los fenómenos observados, 2) que haga predicciones, y 3) que sea falsable:
- Hay muchas formas en que la teoría del invernadero no se ajusta a la observación de dos fenómenos obvios -el enfriamiento actual del este antártico y el enfriamiento global de 1940-1970- ya mencionados. Los creyentes descartan tales contraindicaciones como anomalías (sea lo que esto signifique en este contexto) o, más usualmente, las ignoran convenientemente. Si el huracán Katrina fue causado por emisiones de carbono, entonces el año siguiente, con huracanes menores, también debe haber sido causado por las emisiones de 2006, más altas que las del año anterior. En ciencia, no pueden pasar las dos cosas a la vez, como le gustaría a Al Gore y sus seguidores, que obtienen su ciencia de Hollywood. Las verdades inconvenientes continúan apilándose. No conozco ningún crítico calificado de la teoría de invernadero -incluyendo algunos de alto perfil como Monckton y el profesor Lindzen- que no esté de acuerdo en que, como teoría, posee un excelente sentido científico. El problema es que no encaja con los hechos.
- La religión "explica" todo, pero no predice específicamente nada. El sello distintivo de la verdadera ciencia es que demuestra su comprensión de la forma en que realmente opera el universo a través de la habilidad para hacer predicciones correctas. Sin embargo, deben ser predicciones nuevas. Predecir que el Sol va a salir mañana, no lo es. Tampoco es satisfactorio decir que un proceso que ha venido ocurriendo, indiscutiblemente, desde hace 12 mil años, va a continuar.
- La religión ve "evidencia" de la existencia de Dios en todas partes, pero el devoto no aceptaría nada como prueba de que Él no existe; de esta forma, la refutabilidad y no la verificación es la principal prueba de una teoría genuinamente científica.
Después le toca el turno a Bosch quien después de exponer las afirmaciones planteadas por quienes se adhieren al "consenso científico", comienza su análisis refiriéndose también a la falta de consenso real en el supuesto consenso científico, y con esto se ha eludido el debate abierto. Cita a Michael Crichton:
"No existe algo así como ciencia consensuada. Si es consenso, no es ciencia. Si es ciencia, no es consenso. Punto." Argumenta, muy acertadamente, por cierto, que los consensos y las mayorías no son mecanismos de validación de veracidad alguna. Para la ciencia, el consenso no tiene importancia: un solo investigador podría estar en lo cierto y ello no causaría ningún problema al conocimiento científico. Cita nuevamente a Crichton cuando dice que "los grandes científicos de la historia son grandes, precisamente, porque rompieron el consenso."Y para comprender cómo se ha obtenido este "consenso" (mis comillas), comenta la nota del periodista Neil Collins en el diario británico Telegraph en la que cita una carta del vice-presidente de la Roya Society de Londres donde se recurre a los medios del Reino Unido para no dar espacio a quienes intentan distorsionar "las evidencias sobre el consenso científico del cambio climático", sugiriendo sutilmente que muchos están financiados por grandes compañías petroleras y por lo tanto sus resultados deben estar condicionados.
Bosch también critica a Al Gore por su propaganda hollywoodense que apela más al sentimiento de las personas más que a su raciocinio y la distingue más como un enfoque político a un enfoque realmente científico. Recomienda la película "El Gran Engaño del Calentamiento Global" que, aunque no tiene los millones de dólares invertidos en producción con los que Al Gore pudo contar para su película, (quizá las compañías petroleras que financiaron "El Gran Engaño" estaban en bancarrota), vale la pena ver la cara de la otra moneda para equilibrar la balanza y poder emitir un mejor juicio. Aquí la película:
Comentarios
En mi opinion deberiamos de tener una perspectiva mas cientifica, astuta y mucho de intuitiva... hay que leer entre lineas algunos comentarios alarmistas...
Espero no ser "moderado" severamente.... definitivamente cualquier cosa es mejor si la "agarramos" por el lado ambale chato....(diria mi buen amigo Cantinflas...)