Esta semana fue encontrada una niña en un departamento en la ciudad siberiana de Chita, vestida en ropa sucia, ladrando a la gente y "mostrando los atributos de un animal".

La niña, conocida solo como "Natasha", había sido encerrada en el departamento por cinco años con solo perros y gatos por compañía. Como resultado, aprendió su comportamiento y ni siquiera puede hablar en su lenguaje nativo.
Ahora está bajo cuidado, pero todavía exhibe comportamientos perrunos, prefiriendo lamer su comida de un plato en vez de usar cubiertos, y brincar sobre la puerta cuando su cuidador sale de su habitación.
Entiende Ruso pero no puede hablarlo, y solo puede comunicarse por medio de una serie de ladridos. La policía se encuentra buscando a sus padres para acusarlos de abuso infantil.
Curiosamente, el caso de Natasha no es el único.
Otro niño ruso, Andrei Tolstyk, fue descubierto en 2004 a la edad de siete años después de haber sido abandonado por sus papás cuando tenía solo tres meses de edad.
Sobrevivió con la ayuda del perro guardián de la familia, quien lo cuidó como si fuera un cachorrito. Como resultado, caminaba usando sus cuatro extremidades, mordía a las personas que se le acercaban, y olfateaba su comida antes de comerla.
Existen algunos casos todavía más extraños.
En 1991, John Ssebunya se convirtió en el "Niño Chango" de Uganda después que un aldeano se topó con un pequeño que se paseaba con una manada de monos. Sus rodillas estaban casi blancas debido a que caminaba sobre ellas.
John había escapado hacia la jungla cuando tenía solo tres años de edad después que su padre asesinara a su madre, y vivió ahí por tres años después que se hiciera amigo de cinco monos quienes le enseñaron a buscar comida y a trepar árboles.
Después de ser adoptado por una pareja que manejaban un orfanato, fue estudiado por unos expertos que querían ver cómo interactuaba con monos. Cuando se le dejó con un grupo de ellos, evitó contacto visual y se les acercó por un lado con las palmas abiertas, de la misma forma que hacen los monos.
En 1920, dos niñas fueron vistas con una jauría de lobos en una parte remota de Midnapore, India.
Fueron rastreadas hasta la guarida de los lobos, donde las encontraron con una lobo hembra y dos lobatos cachorros. Cuando se las llevaron a un orfanato, un misionero las llamó Kamala y Amala.
Se pensaba que Kamala tendría unos cinco o seis años de edad, y Amala alrededor de dos. Comían carne cruda como canes, aullaban pero no podía hablar, tenían una visión nocturna excepcional, y caminaban en sus cuatro extremidades.
El final de este caso es algo triste: ambas niñas murieron de enfermedades que quizá pudieron haber evitado de haber seguido lejos de la sociedad.
A finales del siglo XIX, se encontró una niña en la guarida de un oso en Jalpaiguri, al este de la India.
Nadie estaba seguro de cómo llegó ahí, pero había sido criada por una oso hembra y tenía muchas características de oso.
Trataba de morder y arañar a las personas, gruñía, se movía como oso usando tanto sus brazos como sus piernas. Cuando fue llevada al hospital, aprendió a caminar, a comer, y a beber como humano.
En la mayoría de los casos, la gente trata de rehabilitar a niños asilvestrados, y esperan enseñarles cómo regresar a sus raíces humanas.
Qué tanto aprenderán depende en qué tanto sabían antes de ser abandonados y qué edad tengan.
Puedes leer más sobre estas historias y algunas más en el artículo "Historia de los niños salvajes".

La niña, conocida solo como "Natasha", había sido encerrada en el departamento por cinco años con solo perros y gatos por compañía. Como resultado, aprendió su comportamiento y ni siquiera puede hablar en su lenguaje nativo.
Ahora está bajo cuidado, pero todavía exhibe comportamientos perrunos, prefiriendo lamer su comida de un plato en vez de usar cubiertos, y brincar sobre la puerta cuando su cuidador sale de su habitación.
Entiende Ruso pero no puede hablarlo, y solo puede comunicarse por medio de una serie de ladridos. La policía se encuentra buscando a sus padres para acusarlos de abuso infantil.
Curiosamente, el caso de Natasha no es el único.
Otro niño ruso, Andrei Tolstyk, fue descubierto en 2004 a la edad de siete años después de haber sido abandonado por sus papás cuando tenía solo tres meses de edad.
Sobrevivió con la ayuda del perro guardián de la familia, quien lo cuidó como si fuera un cachorrito. Como resultado, caminaba usando sus cuatro extremidades, mordía a las personas que se le acercaban, y olfateaba su comida antes de comerla.
Existen algunos casos todavía más extraños.
El niño mono
En 1991, John Ssebunya se convirtió en el "Niño Chango" de Uganda después que un aldeano se topó con un pequeño que se paseaba con una manada de monos. Sus rodillas estaban casi blancas debido a que caminaba sobre ellas.
John había escapado hacia la jungla cuando tenía solo tres años de edad después que su padre asesinara a su madre, y vivió ahí por tres años después que se hiciera amigo de cinco monos quienes le enseñaron a buscar comida y a trepar árboles.
Después de ser adoptado por una pareja que manejaban un orfanato, fue estudiado por unos expertos que querían ver cómo interactuaba con monos. Cuando se le dejó con un grupo de ellos, evitó contacto visual y se les acercó por un lado con las palmas abiertas, de la misma forma que hacen los monos.
Kamala y Amala, las niñas lobo
En 1920, dos niñas fueron vistas con una jauría de lobos en una parte remota de Midnapore, India.
Fueron rastreadas hasta la guarida de los lobos, donde las encontraron con una lobo hembra y dos lobatos cachorros. Cuando se las llevaron a un orfanato, un misionero las llamó Kamala y Amala.
Se pensaba que Kamala tendría unos cinco o seis años de edad, y Amala alrededor de dos. Comían carne cruda como canes, aullaban pero no podía hablar, tenían una visión nocturna excepcional, y caminaban en sus cuatro extremidades.
El final de este caso es algo triste: ambas niñas murieron de enfermedades que quizá pudieron haber evitado de haber seguido lejos de la sociedad.
La niña oso
A finales del siglo XIX, se encontró una niña en la guarida de un oso en Jalpaiguri, al este de la India.
Nadie estaba seguro de cómo llegó ahí, pero había sido criada por una oso hembra y tenía muchas características de oso.
Trataba de morder y arañar a las personas, gruñía, se movía como oso usando tanto sus brazos como sus piernas. Cuando fue llevada al hospital, aprendió a caminar, a comer, y a beber como humano.
En la mayoría de los casos, la gente trata de rehabilitar a niños asilvestrados, y esperan enseñarles cómo regresar a sus raíces humanas.
Qué tanto aprenderán depende en qué tanto sabían antes de ser abandonados y qué edad tengan.
Puedes leer más sobre estas historias y algunas más en el artículo "Historia de los niños salvajes".
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